¿Se debe ver el Pole Dance como un deporte?






En estos momentos de cuarentena, la mente se dispersa o se enfrasca en un tema y por más trivial que pueda ser, se pueden pasar horas pensando.






        Mucho antes de este inimaginable tiempo de pandemia, el tema de relacionar el Pole Dance y el deporte me causaba cierta disconformidad. Los recuerdos diarios de Facebook me mantienen presente los casi nueve largos años que tengo practicando esta disciplina y aunque primitivamente me motivé por razones de ejercicio, también esa decisión fue impulsada por la curiosidad de bailar. Y quiero resaltar eso: el baile.


        En el 2011, me apunté en una escuela de Pole Dance en Caracas, Venezuela. Para ese entonces, me aceptaron la asistencia a estas clases en un pequeño recinto con cinco tubos de acero. De hecho, recuerdo que la principal academia pionera de esta disciplina en mi país no admitía chicos. Si el tema entre mujeres ya era un tabú, para los hombres que deseaban intentar hacer alguna sesión era casi prohibido.

        En mi experiencia, pude observar como paulatinamente el interés –o la curiosidad- me permitía dar ese paso de entrenar con una barra. Puedo afirmar lo arduo y doloroso que es ejercitarse durante esta práctica acrobática. Pero también no se puede obviar la motivación, la inspiración o las referencias que están vinculadas con lo estético, vistoso y profundamente atractivo por el baile.

        Para la actualidad existe una cantidad enorme de competiciones mundiales de Pole Dance. Unas inclinadas más por resaltar lo deportivo; y otras para recalcar el valor indiscutible de lo artístico. Sin embargo, curiosamente para ambas nos aferramos a un arte como la danza.

        Todos te hablarán de coreografías, piezas y composiciones. Nos preocupamos por buscar maneras originales de embellecer la representación usando el suelo; el espacio o las múltiples barras. Buscamos la ayuda de bailarines, actores… cualquier persona que nos pueda ayudar a proyectar la expresión. Escuchamos millones de canciones hasta lograr conectar con alguna que nos mueva algo. Queremos trascender y buscar una identidad propia; un estilo. En fin. Diversas circunstancias que inclina más la balanza hacia lo artístico.

        Tampoco puedo restar todo el mérito físico que conlleva esta exigente disciplina: La fuerza, la resistencia, la flexibilidad, la técnica y un enorme etcétera. Pero considero que todo este entrenamiento requerido no nos tiene que etiquetarnos como deportistas en algo que va de la mano con los elementos de la danza.


Quizá ese sea mi problema: Las etiquetas.


        Mi dilema está al momento de presentarme. No me puedo considerar un bailarín porque nunca estudié danza y el término “atleta” me resulta rígido.


Entonces, ¿Somos artistas?


        Evidentemente somos creadores. Somos dignas personas que al dedicarnos al Pole Dance lo queremos hacer con suma perfección. Y sí; si queremos ser impecables, debemos sudar y entrenar. Pero esto no sólo se puede ver como algo deportivo. Es imperativo no desistir en la búsqueda de cautivar. De causar sensaciones y llegar a las emociones. De bailar. De hacer arte –porque eso es lo que principalmente hacemos-.

        Siento que nos encasillamos en la premisa de vender el Pole Dance como deporte. Catalogarlo así no estuvo, ni está, ni estará mal. Ha resultado muy favorable para este gremio. Hemos visto como la gente ha cambiado su percepción respecto a esta hermosa disciplina. Está bien ofrecer todo esto como “un modo distinto de entrenar”, pero para continuar con la evolución del Pole Dance, tenemos que interesarnos en demostrarles a nuestros alumnos y a nuestros colegas la importancia de la noción artística. Es elemental.

        Desde este presente puedo decir que aquel curioso adolescente de 21 años le atrajo lo impresionante que se ven los trucos, transiciones y todos esos movimientos que le ejercitaron su cuerpo. Pero más le apasionó la capacidad de transmitir y emocionar. Se dio cuenta que nació en él una actitud y confianza que no vio venir. Y todo esto último, queridos pole dancers, no se logra haciendo dominadas.



JL

Comentarios

  1. Hola Jose Luis!! Me ha encantado tu escrito!! Yo muchas veces me pregunto lo mismo. Para mi, cómo ya puedes imaginarte, el poledance es un gran deporte, ya que implica mucha fuerza, resistencia y flexibilidad. Pero es un deporte ARTÍSTICO, sin duda. Ya que buscamos que quede el conjunto bonito y vistoso, y eso implica ponerle arte, cada uno a su manera. Pero vaya...sí somos atletas!! Esta es una opinión más :)

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  2. Pues claramente pienso que es un deporte, artístico como la gym rítmica es mucha disciplina, requiere de mucha flexibilidad, fuerza, arte, danza para lucirte aún mas. en fin para mi son ambas cosas 🤔❤🥰

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  3. Eres increíble Jose comparto tu sentir el Pole dance es algo completamente artístico se necesita fuerza pero viene de la
    Danza del baile del poder y la
    Necesidad de transmitir cualquier sentiemiento que tengamos en nuestras vidas dentro o fuera de ellas siendo espejo a sentimientos diversos Te adorooooo
    Anilorak

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  4. Jose Luis bello!!!
    Qué bueno leerte! Te admiro en muchos sentidos, ya que tengo el placer de conocerte y que seas mi inspiración en esta belleza llamada POLE DANCE.

    Soy bailarina de alma, aunque no de profesión, y amo la danza desde que tengo memoria. Me sentí atraída por esta disciplina desde mucho antes que si quiera yo fuese consciente de que algún día yo lo practicaría... si algo me cautivaba estoy segura que iba más allá que la técnica de subir en la barra, que ya sorprende. Pero lo que me enganchaba a ver embobada algunos shows era todo lo que había detrás, la expresión, la verdad que contaba la persona en cuestión.

    Si analizamos el nombre, sería de forma literal algo así como baile en la barra...

    Llevo un tiempo dedicando a la danza (en concreto bailes cubanos como el son, el casino, la timba, la rumba, algo de afro...) y cuabdo vi la oportunidad que meterme a conocer y practicar pole, recuerdo antes buscar vídeos tuyos. Y lo que me encantó precidamente es lo bonito que lo haces, lo que expresas... a parte de alucinar con las figuras y combos. Y seguramente eso fue lo que hizo que yo quisera empezar.

    Para mí, tiene una parte deportiva y obviamente habrá gente que lo practique solo como entreno físico, pero también es arte, expresión, fluidez con la música....

    Así que yo tuviera que decir si es arte o deporte, creo que es las dos cosas pero depende de quién lo practique se verá másuna cosa u otra.

    Desde aquí, gracias por enseñarme tanto y hacer que cada clase sea jn pequeño logro!

    moni_little_dreamer

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