Doble espresso para Alex


Querido amigo: sé que odias los regalos. Pero, lo siento; es Navidad.


 




        Estoy seguro que en este momento estarás haciendo las respiraciones profundas porque te he acostumbrado a momentos de drama. ¡Tranquilo! Ten la misma sensación de tu rutinaria ducha de agua fría para comenzar esta lectura con perfecta armonía.



        ¿Qué le puedo regalar a alguien que no le gustan los obsequios?
Sin duda, sería una molestia entregar una prenda de ropa, o algún perfume y que desafortunadamente no haya acertado con los gustos del agasajado. Entonces, pensé que podría escribir. O eran palabras o un cepillo de dientes e hisopos de algodón. Una vez me dijiste que serías feliz simplemente con esas cosas. Pero regalarte eso sería un poco raro. Así que opto por la redacción.

 

        Salmón, arroz y aguacate. Este menú podría ser un regalo ideal para ti. Es lo más seguro que puedo saber de ti. Te conozco desde hace poco y sigo sin saber por qué puedo hablar sin tapujos contigo. Cuando nos vemos un rato o pasamos la tarde juntos, puedo abrir las cosas más delicadas de mi vida o de mis pensamientos y las puedo compartir contigo. Eso no lo puedo hacer con muchos y por eso estoy agradecido de este 2020, porque este año me dio a una persona con la que he podido hablar, en un momento en que me sentía solitario y que cada vez, sentía que me aislaba más. Gracias por hacerme sentir que contigo puedo tener confianza, de verdad.


        Y por ser el oyente de mis dramas, he decido hacerte un regalo. Este obsequio no se puede envolver. No lo puedes empacar. De hecho, ninguno de los dos lo podemos ver de manera física. Sin embargo, confío que sea de tu agrado. Son deseos que espero que se cumplan, porque seré feliz viéndote feliz. Lo que te puedo regalar, más allá de momentos de compartir, son peticiones en tu nombre.



        Cuando empecé a hablar contigo, tu premisa era –y creo que sigue siendo- el establecer una base en Europa. La ciudad condal la elegiste como la opción predilecta para vivir una larga estancia. No tengo la visión de mundo que tienes tú. No conozco tantos sitios. Mi experiencia en sumergirme entre tantas sociedades no se compara con la tuya. Al parecer, Barcelona tiene algo y te encantó. Aun yo, que estando aquí desde hace más de cuatro años, no sé porque me siento pleno viviendo en esta ciudad. Aquí he hecho raíces. Raíces que constantemente están creciendo; pero que siguen siendo cortas, endebles, frágiles… Pero son mías. Así que comenzaré con mi primera petición para ti, pidiéndoselo a Dios, o al mundo, o al universo, o a cualquier fuerza omnipresente… y es que logres sembrar raíces en el sitio que tú decidas. Yo sé lo divertido que es el conocer nuevas culturas, yo sé lo placentero que es conocer nuevos lugares y nuevas personas, pero es muy bonito el sentirte parte de una ciudad, que puedas percibirla como tuya. Te deseo que sigas siendo un ciudadano de mundo, sí. Pero con un hogar. Anhelo que puedas sumarte a la cantidad de habitantes de un sitio y que no sigas siendo un individuo transitorio. Ojalá que puedas lograr lo que me dijiste el 03 de septiembre de 2020.

 

“Now, It’s time for a change. Barcelona is home. The new home”



        Y si Barcelona ya no es la opción, suplico con el alma que el tiempo de tu nueva búsqueda sea corto y que no sigas gastando años de vida sin sentir la plenitud de tener un sitio propio. Porque pienso que no debe ser fácil la vida nómada que llevas. Sin importar la dinámica de tu trabajo, quiero que cuando conozcas a alguien y te pregunte: “¿Dónde vives?”, tengas claro que en algún lugar, hay una calle, un piso y una puerta que enumera tu hogar.

 


Un consejo:

El día que compres una TV para tu casa, no olvides que siempre es mejor tenerla anclada a la pared y no colgada sobre la mesa de un pequeño comedor, como en el hotel. Evita los golpes; tu cabeza te lo agradecerá.

 

        Mi segunda petición para ti es que logres tener la vida que más te plazca. Desde la tranquilidad o la discreción, espero que siempre encuentres el centro que logre mantener tus pies sobre la tierra. Tú tienes la tarjeta en el bolsillo que te permite pasar, sin complicaciones, al mundo de los excesos. Las personas como yo pensamos que el cielo es el límite, mientras que tú perteneces a un círculo donde hay personajes que han traspasados esos parámetros. El hombre que creo que conozco le hace feliz los días soleados. Entonces que el Sol te persiga a donde vayas: a contemplar el mar desde los espigones, a relajarte con el sonido de las olas, o desde tu habitación, yo espero que tus días sean cálidos y radiantes, en su mayoría. Y si hay días grises –porque son inevitables- coloca “Liquid Spirit” de Gregory Porter y que ese ritmo te permita recargar rápidamente el ánimo.

 

¡Ah! En los días despejados, no te olvides de los aguacates. A ellos también les gusta tomar el Sol desde la ventana.

 

        No dejes de ser el caballero que eres. Esto te lo exijo a ti o si tengo que pedírselo a alguna fuerza celestial, entonces deseo que continúes siendo encantador. Tienes menos de 30 años y ser atento con alguien, sigue siendo una de tus virtudes. No la olvides nunca. El sarcasmo, la ironía, el buen humor. Te deseo que sigas teniendo ese ojo crítico y que nunca pierdas la creatividad para darle forma a tus sueños. Este 2020 me permitió conocer a un hombre muy exitoso. Un francés que no se conformó con ver la vida a través del filtro de París de Instagram y que con mucho sacrificio logró salir adelante, más allá de sus fronteras. Tú mismo. Sin depender de tus parientes, como me contaste. Eso es un ejemplo a seguir, o por lo menos para mí, que aún estoy tratando de darme un lugar en este mundo. Siéntete orgulloso y a la vez sigue siendo tan modesto. Es ejemplar el disimulo que haces para llevar una vida “casi normal” –porque a ti no te gustan las cosas normales-.



        También me gustaría pedirte que sigas diciéndome los consejos que, desde tu punto de vista, me serán útiles. Todos cuentan. Desde las reflexiones más serias, hasta las más disparatadas. Yo valoro mucho las palabras de mis amigos y espero que yo también esté a la altura de aconsejarte lo mejor que pueda. La reciprocidad es un ciclo constante en las amistades. Por ejemplo: si tú me dices que por intuición, no debo confiar en hombres que no sean escoceses y vistan faldas, te creeré. Yo sé que no lo dices porque ellos sean malos, pero tu consejo lo haces para prevenirme de una descabellada experiencia en la peluquería.

 

Yo soy Aerialist como la cantante Pink, pero no quiero su corte de cabello. Gracias por la precaución.

 

        Aquí tocaré el botón del drama. Será rápido, lo prometo. Pero es necesario para decirte mi siguiente deseo para ti. Te dije que me gustaste. Me desmoroné ante ti porque fracasé en el ritmo de llevar la amistad con privilegios carnales. Era un neófito en la religión de los amigos con derecho. Sigo pensando que me dejé llevar por el abuso de mis carencias afectivas con un chico porque eso lo había cerrado hace un par de años. El paradigma de recibir caricias, buenos momentos, sexo, cenas y ratos sin tiempo definido me confundieron. No entendí bien tu recalcada respuesta que siempre fue “friends and fun”. Aunque sigo acérrimo a mi dogma de que el exceso de los buenos tratos afectivos, afuera de la cama, no son el correcto modo de llevar la sexualidad sin compromisos, porque tienden a confundir. Sé que fue más atracción física y sexual, pero confieso que en algún momento sí sentí la sensación de noviazgo. Fue poco y fugaz. Aunque tú me digas que ahora no es un buen momento para tener una relación, yo estuve claro que tampoco soy el indicado. Creo que en esto íbamos por caminos distintos y nuevamente te pido disculpas por los amargos ratos que te hice pasar, con tanto drama de mi parte. Por eso, mi deseo para ti es que encuentres esa persona que tú consideres “the One”. Exactamente eso, “the One”. Así mismo, como un día me lo dijiste. Porque sé cuáles son tus propósitos en la vida. Tus anhelos de crear familia. Tu agrado de ser un chico de relaciones serías y largas. Te mereces que encuentres a esa persona ideal para ti.



        Basta de dramas. Quiero que celebres el buen camino que has construido. No tengo que esperar al 06 de agosto para desearte una larga vida, aprovecho la Navidad para pedir esos deseos a todas las personas que he sumado a lo largo de los años. Si a partir de aquí hago una lista express de deseos para ti, sería algo así:


  • Deseo que el fasting te siga funcionando.
  • Deseo que nunca alguien de El Raval te agarre in fraganti tomándole fotos para tu extraño álbum en el móvil. 
  • Deseo que siempre encuentres un Chök en cada esquina. 
  • Deseo que muy pronto puedas estar con Madame Moshi (porque te lo mereces). 
  • Deseo que pronto puedas armar el club de fans de The Weeknd. Y que él se sume a la lista de famosos conocidos por ti, como Miley Cyrus y Kylie Minogue. –o al menos, que logres conocerlo de manera fortuita, como a Oprah-. 
  • Se me olvidada Major Lazer. Estoy seguro que ya debes saber las futuras colaboraciones de los próximos 3 años. (aquí deseo que sea buena música)

 

En fin, Muchos deseos para ti. Ese es mi regalo de Navidad. Quizá sea exagerado que me haya dedicado a escribir miles de palabras, pero es lo mínimo que puedo hacer para agradecerte que me hayas escuchado todo este tiempo. Yo valoro mucho mis amistades. Mis amigos –mis verdaderos amigos- son como un tesoro para mí. Cuando me dijiste que el afecto más duradero que has tenido ha sido con tu perro, me supo mal. Cuando te hablo de mis amigos, lo hago con la intención de mostrarte que sí hay gente en este mundo que vale la pena conservar, más allá de ser un seguidor en Instagram o un contacto adicional en la agenda. Como te dije un día, las amistades surgen, no se fuerzan. Yo creo que, poco a poco, he logrado cultivar una bonita amistad contigo, pero estás en todo tu derecho de decirme que no quieres ser mi amigo. Lo entenderé. Y si es así, estaré tranquilo porque hice todo lo que pude por ser una persona cercana para ti, en esta ciudad. Gracias por darme ánimo y tratar de hacerme salir de mis inseguridades. Un buen amigo, esté donde esté, te recarga. Si un amigo lo puedo ver y me da un abrazo, será lo más reconfortante y sublime; y tú lo has hecho. Gracias. Quizá todo este regalo es demasiado para un casi desconocido, pero como dice Florence and the Machine: “too much is never enough”.


 

Gracias, musiú.


JL


PD: Alex es un buen nombre para usarlo en Starbucks.


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