Un “te quiero” es un te quiero incompleto si no le acompaña un “para siempre”
Cuenta una historia de la mitología griega que Pandora, luego de
casarse, recibió una tinaja cerrada de regalo con una sola instrucción: No
abrirla. La ganas de saber que había dentro de la vasija la llevo a destaparla
y eso hizo que escaparan todos los males. Sin embargo, aunque tardó en
reaccionar, logró cerrarla a tiempo. Dejando en su interior el único bien que
los Dioses habían puesto dentro de la caja.
El 2020 me dejó la frase que uso de título
para este escrito. Un sacerdote pronunciaba cada palabra en frente de dos seres
queridos para mí, que se unían en el sacramento matrimonial. Ernesto fue el
segundo de mi selecto grupo de amigos que se lanzó al agua. Eso sí, el salto al
chapuzón no pudo hacerlo mejor acompañado. Aún sigo feliz al verlo dichoso
junto a su compañera de vida.
Seis años atrás, el mar Caribe y yo fuimos
testigos del “sí, acepto” de Emilio, otro de mis queridos amigos. Siguen
pasando los días y también soy feliz por saber que siguen amándose.
Uno de mis hermanos lanzó la roca en 2019,
rodeado de un hermoso paisaje. Me hubiese gustado ser las nubes de ese día y
guardar en mi memoria el momento de su felicidad: el haber encontrado a la mujer
con quien subiría todas las montañas para siempre.
Nunca te había dicho esto, Daniel. Entre
los desafíos y las distancias, el modo que tienes tú y tu prometida para
afrontar todas las adversidades me da fe en creer en el amor. A veces me puedo
perder en ideas que me hacen cuestionar si de verdad se puede tener un amor
bonito, en esta época donde pocos se prometen más allá del tiempo. Pero todas
esas dudas se desmoronan al tenerlos a ustedes que me demuestran con su ejemplo
de que el amor todo lo puede.
Y si las circunstancias aún no te permiten
vivir de manera continua con tu compañera para la vida, te doy mi apoyo en tu
guayabo, deseando de corazón que nunca jamás tengas que despedir a tu amor en
un aeropuerto. Me aferro al pensamiento de verlos juntos y felices, buscando en
el fondo de la caja de Pandora lo último que se pierde: la esperanza.
Te quiero, Don.
Sabes que estoy contigo.
JL
✍️🏽
Una lagrima desciende de dos rostros en Madrid.
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