Hace 20 años dejamos de pedir besos y abrazos
El Covid no nos deja hacer muestras de cariño espontáneo, pero parece que dejamos de exigirlo desde hace tiempo.
Si en este momento, no te ubicas bien qué canciones sonaban para el
2001, aquí haré una breve reminiscencia de –lo que considero- la mejor era
musical. Una maravillosa etapa de diversos géneros. De sublimes versos, de estribillos
pegadizos y que, te guste o no, tendrás el conocimiento de estos sencillos
exitosos. Estoy seguro que al nombrarte unas cuantas canciones, te desbloquearé
muchos recuerdos; y si estas memorias las recreas en tu mente, lo harás
teniendo un fondo musical. Un soundtrack lleno de música increíble.
Para hoy, La cantante Melody cumple 20 años de aquella súplica masiva
de pedirle a todo el mundo que toque palmas, mientras nos enseñaba cómo sería “El
baile del gorila”. Ni el tiempo, ni el espacio, han podido borrar lo que nos
hizo soñar La Factoria y que “Todavía” lo siguen haciendo. Fuimos testigos de
lo detallado que son los “Celos” de Marc Anthony. Por un lado, Daft Punk aterrizaba
desde la galaxia hasta una discoteca animada, para hacernos bailar “One More
Time”, mientras que Shakira anunciaba que se iba, otra vez, de una ciudad con
un: “te dejo, Madrid”; y entre todo esto, Manu Chao no paró de repetir “Me
gustas tú” –27 veces, para ser exactos-.
En fin, éxitos variados. Te traigo una mezcla de canción infantil,
reggeatón, salsa, música electrónica, pop latino y reggae europeo. Curiosamente, sólo
nombrando estos temazos me impresiona que cada uno tuvo su lugar en el
estrellato musical y que en la actualidad no veo que la diversidad pueda
consagrarse en lo más alto de los rankings.
También hubo una intensa difusión colorida para el 2001: Teníamos a
Diego Torres infundiendo lo bonito que es el “Color esperanza”, pero el año indudablemente
se pintó de “Azul” gracias al intérprete Cristian Castro.
Y quedándome con ese memorable álbum del cantante mexicano (Azul, 2001),
quiero arrancar el punto de partida de mi escritura. El título dice que hace
dos décadas perdimos el rumbo de pedir imperativamente los besos y los abrazos.
¿Por qué digo esto?
Sin duda, esa época fue muy romántica. Viéndolo desde la perspectiva
actual, la música en español no se reprimía de mostrar los afectos amorosos,
bien sea para destacar el noviazgo, el idilio o el despecho.
Quizá la evolución musical implicó cambiar las direcciones del
contenido de las canciones. Hemos visto la creativa combinación de ritmos, la pulida
vanguardia auditiva, pero volviendo al presente año, me pongo a hojear un poco
el ranking de Billboard y de las seis primeras canciones del top100, tres
hablan de amor. Seguimos en la oda al amor y con franqueza, no pienso que
deberíamos dejar de cantar sobre el amor. La tónica romántica sigue entre
nosotros, pero ¿Por qué no trasciende como antes? ¿Será culpa de la reinvención
del modo de presentar los trabajos discográficos? ¿Las plataformas digitales
tienen algo que ver con esto?
No lo sé. Lo cierto es que según un reporte de BuzzAngle que habla del
streaming de audio, durante el año dedicamos mucho tiempo en escuchar las
mismas canciones, aproximadamente 25. Esto vendría siendo apenas un 20% de la
música reproducida de manera anual. Nos estamos perdiendo de mucha música.
Por otro lado, estoy llegando a la edad promedio que según Ajay Kalia,
miembro de Spotify, me dejo de interesar en la música actual o de moda.
Honestamente hago el esfuerzo de estar actualizando mis listas de
reproducciones con la novedad y como dije antes, sigo observando la diversidad
de ritmos y estilos, pero no llego a encontrar un material musical que llegue a
ser memorable. Y aquí defenderé mi postura de la importancia lírica en las canciones.
Si viajo 20 años atrás, encontraré un disco sublime y festivo de
Rosario Flores (Muchas Flores, 2001) con emblemáticas canciones románticas. Shakira
conquistó la fama mundial con un manifiesto de entrega: “Suerte/Whenever,
Wherever” (Laundry Service. 2001). Alex Ubago tiene un álbum debut excelso de
canciones amorosas (¿Qué pides tú?, 2001) y Ricardo Montaner compuso una de mis
canciones favoritas: “Bésame” (Sueño Repetido, 2001).
¿Por qué ahora nos conformamos con escuetas canciones románticas, si antes tuvimos gloriosas composiciones afectivas?
Hace siete años, escribí en este blog cuáles son mis canciones
favoritas. Una fue compuesta y publicada en el 2001 y la otra, sin yo saber,
fue de un año antes, pero muy laureada en las premiaciones que abrían el tercer
milenio. Juan Gabriel y Ricardo Montaner usaron dos verbos de manera imperativa
para titular estas canciones. Dos verbos que yo nombré desde el comienzo y que
en algún momento de estas décadas pasadas, dejamos a un lado la ordenanza de pedir
algo tan esencial: Abrazar y besar.
Torse
PD: que siga prevaleciendo, entre todos, los actos de verdadero afecto.
Comentarios
Publicar un comentario